UN CAMBIO DE ACTITUD EN EL CORAZÓN
El papel de víctima, el “no puedo”, son cuestiones en mi corazón que deben cambiar. Durante estos días Dios me está hablando de hacerme responsable de mis acciones, de mis decisiones, las pasadas, las presentes, y las que voy a tomar. No soy un inválido que debe ser atendido o ayudado. Soy HIJO de Dios que tiene el espíritu de Dios, aquel que levantó a Jesús de los muertos, morando en mí. Y que ese mismo poder está disponible para mi. Si quiero salir, lograr mis metas, tengo que dejar de echarle la culpa a todo y a todos y hacerme responsable yo. Dios no me salvó para que él pudiera hacer todo por mi. Necesito responder y despertar y enfocarme en él y hacer, obedecer, buscar, cambiar, etc. - ROMANOS 2:13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. (RVR 1960) - ROMANOS 2:4-11¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y paciente que es Dios contigo? ¿Acaso eso no significa nada para ti? ¿No ves que la bondad de Dios es para guiarte a que te arrepientas y abandones tu pecado?5 Pero eres terco y te niegas a arrepentirte y abandonar tu pecado, por eso vas acumulando un castigo terrible para ti mismo. Pues se acerca el día de la ira, en el cual se manifestará el justo juicio de Dios. 6 Él juzgará a cada uno según lo que haya hecho. 7 Dará vida eterna a los que siguen haciendo el bien, pues de esa manera demuestran que buscan la gloria, el honor y la inmortalidad que Dios ofrece; 8 pero derramará su ira y enojo sobre los que viven para sí mismos, los que se niegan a obedecer la verdad y, en cambio, viven entregados a la maldad. 9 Habrá aflicción y angustia para todos los que siguen haciendo lo malo, para los judíos primero y también para los gentiles;[a] 10 pero habrá gloria, honra y paz de parte de Dios para todos los que hacen lo bueno, para los judíos primero y también para los gentiles. 11 Pues Dios no muestra favoritismo. (NTV) Es un cambio de actitud en el interior lo que me lleva a dejar de ser terco en renunciar al pecado. Es un cambio de actitud en mi corazón lo que permite que Dios, a través de su gracia, su bondad, su paciencia me guíe al arrepentimiento.