El pescado y las emociones están más conectados de lo que parece. Comer pescado, sobre todo los ricos en omega-3 como el salmón o las sardinas, puede ayudarte a sentirte más tranquilo, menos ansioso y con la mente más clara. Es como darle un abrazo a tu cerebro porque ayuda a mantener las emociones equilibradas. 🧠💙
Además, los peces tienen un simbolismo especial: viven en el agua, que representa nuestras emociones más profundas. Verlos o incluso comerlos puede recordarnos la importancia de fluir con la vida, adaptarnos y conectar con nuestra sensibilidad. 🌊🐟
Por otro lado, muchas personas ven a los peces como seres sensibles que sienten dolor, lo que despierta empatía y respeto por la naturaleza. Ya sea por su impacto en tu cuerpo o su conexión espiritual, el pescado tiene un toque especial que llega directo al corazón. ❤️
Mi primera obra de teatro donde adapté " Elogio a la Locura" donde cree un personaje que vendia pescado en plenas calles de Paris y con el dinero que había ganado ella deseaba ser tan bella como las damas que entraban en la tienda de en frente, de lujo y zapatos de brillantes que allí llevé a la escena. Sin embargo, aunque ella era sensible a la belleza nadie veía más alla de su mal olor.
Todos tenemos nuestro pescado podrido dentro, más todos tenemos espinas que lidiar. Los mismos que repudiaban a la pescadera son los mismos que se recreaban en pescados suculentos del trabajo por ella realizado.
¡Nos necesitamos unos a otros en esta cadena de altos y bajos! La emoción de asco estaba al lado de la belleza, y ver belleza en el asco de otros es solo para unos pocos, por ejemplos los PAS.
El pescado puede oler a asco, pero en su frescura guarda la belleza del mar y la vida misma." 🌊🐟
Ana Torrico