No mires el tamaño de tu pornografía, mira el tamaño de tu Dios.
2013.
Recuerdo estar en 1ro de secundaria, yo tenía 12 años. Era la hora de la salida, las 4 de la tarde aproximadamente, tenía un compañero llamado Jorge, callado, muy tímido, de pocas palabras, pero cuando agarraba confianza era una persona diferente. No recuerdo el tema del que estábamos hablando, pero salió el tema de las páginas pornográficas, yo jamás había visitado una página con ese tipo de contenido, nunca había visto el cuerpo de una mujer sin ropa, incluso nunca había visto a una mujer con una intención sexual.
Recuerdo que me dijo el nombre de una página, yo regresé a casa con el nombre tatuado en mi mente, aproximadamente a las 6/7 de la noche me encerré en mi cuarto, me puse mis audífonos, entré a esa página y puse el primer video que aparecía.
Fue una sensación rara, ver a dos personas teniendo relaciones sexuales por primera vez, causó algo extraño en mí, una sensación de placer, de temblorina por el cuerpo (ya que era mi primera vez al ver algo así), yo no sabía acerca de la masturbación (o al menos no lo recordaba) por lo cual mi cuerpo me pedía sacar algo, en ese momento yo no sabía qué era, por lo cual me puse a ver más videos, quizá eso ayudaría.
Hubo un momento en el cual lo dejé por miedo a que mi madre me cachara, pero día tras día llegando de la escuela podía pasar varios minutos viendo videos en esa misma página.
Mentiría si digo que recuerdo qué pasó después, solo en un abrir y cerrar de ojos han pasado ya 11 años y sigo repitiendo el mismo patrón de mi yo en la secundaria.
¿Por qué estoy contando esto? Porque sé que muchos aquí han estado metidos en esto desde niños, como yo.
Cuando recién empecé creía que todo era normal, que era bueno, era divertido y muy placentero, después descubrí la masturbación y todo fue aún más placentero.
Un niño de 12 años masturbándose, viendo pornografía ¿Qué se supone que se hace cuando un niño curioso está haciendo algo malo y no sabe que lo es?
11 años después me puedo percatar de las consecuencias que eso ha traído en mi vida, inseguridades, desconfianza, bajo autoestima, patrones de pensamiento, dolor, distorsión de la realidad, mi forma de ver a las mujeres, tener pensamientos de lujuria, fornicación, etc.
Hoy 12 de junio de 2024 puedo darme cuenta de que ese niño de 12 años cayó en esta red masiva llamada pornografía en la que pronto se volvería adicto.
No es demasiado tarde para hacer algo por ti, no es demasiado tarde para cambiar tu mente, no es demasiado tarde para salir de la pornografía,
No se trata de hacerte la víctima, no se trata de verte con dolor, no se trata de verte con ojos de tristeza, tampoco se trata de que la gente que sabe de esto te vea así, Dios no te ve así, Dios no te ve con lastima ni mucho menos como alguien débil, Dios te ve como alguien valiente, alguien que está enfrentando 11 años (O los que lleves) de adicción cara a cara, sí, en este momento me siento diminuto frente a eso, incluso aún me siento atado, tentado y muy propenso a caer nuevamente.
Pero de algo estoy seguro y es de que esta batalla no la estoy peleando solo.
Tú que estás leyendo esto, no estás solo, no sé cuánto tiempo lleves en esto, lo único que sí sé es que vas a salir, alza tu mirada, alza tu cara ¿Caíste? levántate, porque el justo cae 7 veces y se levanta 7 veces, no veas el tamaño de tu adicción a la pornografía, ve el tamaño de tu Dios, no veas los años que llevas en la pornografía, ve que en todos esos años el espíritu santo siempre estuvo ahí contigo y lo seguirá estando.
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Davo Velázquez
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No mires el tamaño de tu pornografía, mira el tamaño de tu Dios.
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